Las flores preservadas son una alternativa que está tomando mucha fuerza estos últimos años, y es que ponen a disposición del cliente un sistema a través del cual, podemos conseguir alargar de forma considerable la fecha útil de cualquier flor o ramo que queramos conservar el plazo máximo de tiempo que sea posible.
Qué son las flores preservadas
Las flores preservadas son flores naturales que han sido sometidas a un proceso de deshidratación, a través del cual, se consigue conservar de forma ilimitada, siempre y cuando se mantenga un cuidado básico.
Para que os hagáis una idea, se trata de flores secas, o mejor dicho, de flores naturales secas, ya que es una premisa imprescindible que la flor sea natural, evitando así la utilización de elementos artificiales.
El objetivo básicamente es conseguir que una flor natural, que se estropearía en pocos días, dure incluso para toda la vida.
Diferencias entre flores secas, liofilizadas y preservadas
Aunque en los tres casos estamos hablando de flores secas, la diferencia estriba en el sistema que utilizamos para llevar a cabo la deshidratación.
Por ejemplo, si hablamos de flores secas, generalmente nos vamos a referir a una flor que hemos dejado secar de forma natural, manteniendo un control y seguimiento para lograr una buena conservación.
Sin embargo, las preservadas son flores que se han secado siguiendo procesos químicos.
En cuanto a las flores liofilizadas, hablaríamos de un proceso de congelación para su secado.
Es importante partir de la base de que, pese a que los avances nos permiten preservar cada vez más tipos de flores, todavía hay variedades que no se pueden someter a este proceso, aunque también es cierto que hay flores que se prestan más que otras a la deshidratación de forma natural.
En cualquier caso, las flores preservadas siempre van a ser más duraderas y resistentes que las flores deshidratadas o flores secadas mediante un proceso de deshidratación natural.
Cuáles son las ventajas y desventajas de este sistema en comparación con las flores frescas
La principal ventaja de este sistema, es que nos permite disfrutar de las flores sin miedo a que se marchiten con el paso de los días.
Esa es la razón por la que se está convirtiendo en una alternativa cada vez más interesante tanto en decoración como en las bodas y otras celebraciones.
De hecho, con tan sólo mantener unos cuidados muy básicos que os vamos a explicar un poco más adelante, conseguiremos mantenerlas en perfectas condiciones incluso toda la vida.
Eso sí, de entre sus desventajas tenemos por ejemplo que, aunque cada vez hay más variedades que se pueden preservar, todavía hay algunas flores a las que no podemos someter a este proceso, lo que significa que en flores frescas siempre vamos a encontrar una mayor variedad.
Por otra parte, estas flores, salvo si se le añade algún aroma, evidentemente ya no lo tienen de forma natural.
En cualquier caso, teniendo en cuenta el proceso, las flores preservadas se consideran como 100% ecológicas, ya que para producirlas apenas se gasta energía, de igual manera que para su transporte, obteniendo a cambio una flor que dura toda la vida, otro punto a su favor que también debemos valorar.
También cabe destacar que son más baratas que las flores naturales, además de que no necesitamos agua ni luz para su cuidado, lo cual supone un ahorro ecológico importante.
Cómo fabricar flores preservadas
Como os comentábamos antes, la preservación de flores requiere de un proceso químico, el cual os vamos a explicar a continuación:
Qué necesito para preservar flores
Para poder preservar flores, vamos a necesitar lo siguiente:
- Flores: debemos asegurarnos de que son adecuadas para realizar la preservación. Las flores deberán estar en plena madurez, ya que los capullos no absorben la glicerina correctamente. Deben estar secas, sin humedad, pero ser muy frescas.
- Glicerina vegetal: tiene que ser específica para la conservación de flores. Está a la venta en tiendas de artesanía.
- Agua: que sea natural, y al ser posible, no contenga demasiado cloro y/o cal (sirve el agua filtrada).
- Microondas: lo utilizaremos para calentar la glicerina, aunque también lo podemos hacer al baño María.
- Recipientes: donde colocaremos las flores para que se produzca la preservación.
- Cuerda: para tender y dejar secar las flores. Deberá estar colocada en un sitio fresco y con poca luz.
Pasos para realizar la preservación de flores
El proceso a seguir es muy sencillo, aunque es importante estar atentos y ser muy cuidadosos.
- Nos aseguramos de que las flores estén en perfectas condiciones, limpias, sin humedad y eliminamos los pétalos o elementos que estén estropeados o no sean vistosos.
- Espachurramos la parte baja del tallo (cuatro o cinco centímetros). Podemos utilizar un martillo, y lo haremos con cuidado.
- Calentamos la glicerina a una temperatura de 60 ºC.
- En un recipiente (puede ser el mismo en el que viene la glicerina si es posible), añadimos dos partes de agua por cada parte de glicerina. Por ejemplo, si fundimos 200 grs de glicerina, añadiremos 400 ml de agua.
Ahora podemos encontrar dos posibilidades: que sean flores grandes como las rosas, o flores pequeñas como las violetas o los pensamientos.
En cada uno de ellos deberemos proceder de forma diferente:
En el caso de flores grandes:
- Introducimos los tallos en el recipiente, donde deberán estar entre dos y tres semanas. Deberemos observar la evolución del proceso, de manera que tendremos en cuenta posibles cambios de color, o un excesivo oscurecimiento de las venas, que puede hacer que sean más visibles, y así, elegiremos el tiempo exacto.
- Una vez que haya transcurrido este tiempo, ya las podemos sacar y las colgaremos, con la particularidad de que debemos asegurarnos de que no se tocan entre sí mientras se sequen, ya que vamos a evitar los hongos y permitiremos el libre paso del aire.
- El secado suele durar entre cuatro y cinco días.
En el caso de flores pequeñas:
- Las sumergiremos por completo en la solución, la cual deberá estar tibia. Esta parte del proceso deberá durar unos tres días.
- Transcurrido ese tiempo, las sacamos y las colgamos separadas entre sí, ya que de esta forma permitimos que el aire circule mejor y evitamos la formación de hongos.
- El proceso de secado deberá ser de unos cuatro o cinco días.
Con estos pasos, ya habremos aprendido a fabricar nuestras flores preservadas, pero es importante que tengamos en cuenta unos consejos para sus cuidados, los cuales detallamos a continuación.
Consejos para conservar y cuidar las flores preservadas
Si queremos que nuestras flores duren toda la vida, es esencial que tengamos en cuenta una serie de cuidados como os vamos a detallar a continuación:
- No dobles o aplastes las flores nunca.
- Evita que se expongan al sol. Lo ideal es conservarlas en un lugar fresco, seco e iluminado pero sin sol directo.
- Protégelas de la humedad alta (nunca las expongamos a más de un 70% de humedad).
- Nunca las pongas en agua ni las riegues.
- Retírales el polvo de forma regular.
- El calor directo también les afecta negativamente.
- Si las podemos colocar en un lugar protegido del polvo, mucho mejor.
- No son flores para exterior.
- Hay que evitar estar tocándolas, ya que son muy frágiles.
Opciones a la hora de comprar
Pero si preferís adquirir directamente las flores a un profesional en la materia, tenemos algunas opciones muy interesantes que, además, también se ajustan a nuestro presupuesto.
A continuación os mostramos algunas de las alternativas que más nos han gustado:
Otros
Y ya sabéis, en el apartado de jardinería, tenemos un montón de ideas que os van a entusiasmar.