Encontrar agua subterránea en nuestra finca o parcela puede ser sin duda una gran noticia, pero es importante que, antes de tomar una decisión, aprendamos más acerca de cuáles son las técnicas más utilizadas para su localización, tengamos en cuenta qué hay que considerar antes de hacer el sondeo, y por supuesto, también estudiaremos los aspectos legales.
Cuáles son las técnicas utilizadas para encontrar agua subterránea en fincas y parcelas
- Estudio topográfico y de escorrentías: se realiza un estudio de los desniveles y de las zonas de recarga del terreno junto a un estudio topográfico, a través de lo cual se pueden determinar las zonas donde hay más posibilidades de que se acumule agua subterránea, así como los flujos de escorrentía del agua.
- Estudio de fracturas: se lleva a cabo un estudio utilizando fotografías aéreas y datos de satélite, los cuales ayudan a detectar fracturas y lineaciones, a través de las cuales se puede conocer el modo en que convergen las capas del terreno entre sí, lo que facilita saber dónde puede haber aguas subterráneas.
- Estudio de la vegetación: para este estudio también se utilizan satélites, a través de los cuales se analiza la salud de la cobertura vegetal. En las zonas donde hay más vegetación, se considera que es más probable que haya aguas subterráneas cerca de la superficie.
- Topografía remota térmica: se utilizan sensores remotos en satélites o aviones que permiten detectar si existe alguna anomalía térmica en el subsuelo. Esto permite detectar si existen acuíferos en la zona.
- Cartografía geológica: se realiza un estudio de la estructura y composición del subsuelo, para lo cual se utilizan satélites y mapas geológicos, Esto permite determinar las capas de materiales existentes en el terreno analizado, pudiendo obtener datos de interés como el espesor de la capa, las características geomorfológicas y las características impermeables. Es decir, podemos diferenciar las zonas más permeables (donde hay más posibilidades de que exista agua) de las zonas menos permeables (donde es poco probable que ocurra).
- Georradar: herramienta que se utiliza en arqueología, y que estudia la estructura y los cambios de los materiales a baja profundidad. Permite encontrar agua siempre y cuando esté a escasa profundidad.
- Resonancia magnética protónica: sistema a través del cual se detecta la cantidad de agua que hay en un suelo, para lo cual se altera el campo electromagnético de los átomos de hidrógeno del agua, observando su respuesta y tomando medidas.
- Medición de la resistividad eléctrica del suelo: se utiliza una batería conectada mediante cables a unas picas, de manera que se envían impulsos eléctricos que permiten medir la resistividad eléctrica del suelo. Esto ayuda a determinar la estructura y composición del mismo, de manera que se facilita el poder determinar la profundidad y localización del acuífero, e incluso la cantidad de agua que tiene.
- Método zahorí: aunque sea simplemente a modo de curiosidad, no podíamos cerrar este listado sin hacer referencia al método zahorí, un sistema ancestral que se utilizaba antiguamente para encontrar pozos de agua subterránea, cuando las técnicas y métodos científicos anteriores no existían. Se considera que se trata de una especie de arte adivinatorio exclusivo de algunas personas, las cuales son denominadas zahoríes o radiestesistas, y tienen la supuesta capacidad de detectar la presencia de agua utilizando utensilios rudimentarios como varillas de madera o metálicas y péndulos para detectar el lugar más indicado para realizar la perforación.
Es muy importante tener en cuenta que no todas las técnicas son recomendables para cualquier tipo de suelo, sino que en cada caso, se deberá proceder utilizando aquella que sea más adecuada realizando un estudio específico de la finca o parcela sobre la que se va a trabajar.
Por otra parte, hay casos en los que se combinan dos o más de estas técnicas para obtener datos más precisos, y así poder actuar con mayor eficacia y con más probabilidades de éxito.
Qué debemos tener en cuenta antes de invertir en la realización de un sondeo en nuestra finca
¿Es posible legalizar un pozo de agua?
La respuesta a esta pregunta es «depende», y es que es importante cumplir con estos cuatro requisitos que serán los que te permitan construir y legalizar un pozo de agua:
- Terreno protegido: dependiendo de si se trata o no de un terreno protegido, el uso que se pueda hacer del agua variará. Si es suelo protegido, tan sólo se permite el autoabastecimiento, mientras que en suelos no protegidos, es más fácil poder utilizarla para regar explotaciones agrícolas.
- Distancia a otros pozos: dependiendo de la zona donde se vaya a construir el pozo, se exigirá una distancia mínima entre pozos que variará generalmente desde los 20 m y hasta los 100 m. La misma se calculará en función del caudal anual.
- Permeabilidad: en los suelos muy permeables es más difícil poder legalizar el pozo.
- Agua superficial pública: se deberá mantener una distancia mínima de 100 m hacia cualquier zona de agua superficial pública como son lagunas, lagos o ríos entre otros.
Estos suelen ser los cuatro principales requisitos que se van a solicitar para la realización de un pozo de agua en una finca, pero es importante tener en cuenta que, dependiendo de la zona, los mismos pueden variar, o incluso se pueden incluir otros requisitos adicionales.
Una vez que comprobemos que cumplimos con todos los requisitos establecidos para la legalización del pozo en nuestra zona, es el momento de comenzar a realizar los trámites para encontrar agua subterránea y construir el pozo, para lo cual, lo más recomendable es acudir a una empresa especializada, la cual se encargará de todo el proceso, agilizando los trámites y garantizando un procedimiento conforme a la ley, lo que nos evitará serios problemas en el futuro.