A menudo hablamos de lo importante que es conservar semillas para evitar que las especies desaparezcan o muten, y en ese sentido Noruega quiere recopilar semillas de todo el mundo para el apocalipsis, un concepto quizás no considerado como inminente por todo el mundo, pero que de rebote ayuda a conseguir el objetivo.
Ásmund Asdal considera su trabajo como el más importante del mundo
Ásmund Asdal es el coordinador de este proyecto que el mismo califica como “El más importante del mundo”, ya que se considera algo parecido al “Guardián de la cripta”.
Seis veces al año realiza un viaje al Svalbard Global Seed Vault, el centro donde se almacenan millones de semillas de un total de más de 5000 especies vegetales diversas y que se encuentra situado en unas islas remotas a una distancia de 1300 km del Polo Norte.
Este lugar es considerado como el último recurso de la humanidad en caso de que verdaderamente llegase un apocalipsis y esta humanidad, para subsistir, se viese obligada a recuperar parte de lo que se perdería en todo el planeta, que no es otra que las propias semillas que ayudarían a repoblar las tierras y obtener alimento entre otros.
Svalbard, la tierra elegida
Este ha sido el lugar elegido, un pequeño archipiélago de Noruega que se encuentra localizado en el Círculo Polar Ártico en el que en la actualidad apenas residen unos 2000 habitantes.
Pero no debemos pensar que este proyecto es nuevo en absoluto, y es que desde hace una década se han estado reuniendo semillas buscando la máxima pureza y evitando las transgénicas que en la actualidad son frecuentemente utilizadas para obtener mayores cosechas y en general un mayor rendimiento, pero con el problema de que las especies autóctonas acaban siendo relegadas a un segundo término por lo que podrían dar lugar a su completa desaparición.
Sin duda alguna estamos hablando de un proyecto muy ambicioso que además se convierte en uno de los más sensatos de cuantos podemos encontrar, y es que su objetivo es conservar los alimentos vegetales de todo el mundo para poder hacer uso de ellos en el caso de que un cambio climático o cualquier otro suceso que conllevase un apocalipsis hiciese mermar la vida vegetal en todo el planeta.
El banco de semillas más grande de todo el Mundo
En esencia, estamos ante el banco de semillas más grande del Mundo, lugar donde podemos encontrar una gran variedad de alimentos a los que se podrá recurrir en el caso de que alguna especie se extinga con el paso del tiempo.
No obstante cabe destacar que este proyecto no ha partido de la propia Noruega, sino que se basa en un esfuerzo de la ONU por cumplir con el Tratado internacional sobre los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura.
Finalmente se decidió por establecer este banco de semillas en los alrededores de Longyerabyen, una pequeña ciudad localizada en la isla Spitsbergen y que es considerada como la ciudad más septentrional del Mundo.
Razones de elegir Longyerabyen para el banco de semillas
Existen dos razones principales por las que este ha sido el lugar elegido para crear el mayor banco de semillas del planeta; la primera se debe a que se trata de un lugar alejado que dificultaría que en el caso de que existiese algún tipo de catástrofe se viese afectado (guerras, incendios, tumultos, etcétera).
A su vez también hablamos de un lugar muy frío, una cualidad imprescindible para lograr una buena conservación. Y tan indicado es el lugar que según los cálculos, en el caso de que existiese un fallo eléctrico, el banco tendría por delante dos siglos para llegar a una temperatura que pudiese afectar mínimamente a alguna de las variedades de semillas.
Por otra parte también existe una razón muy importante por la que se elige esta zona, y es que tectónicamente cuenta con una mayor estabilidad que otros lugares que se barajaban en principio, lo que significa que los movimientos sísmicos no llegarían a alcanzar tal grado como para provocar riesgos que supusiese en la pérdida de todo lo almacenado.
La construcción del Svalbard Global Seed Vault
La inauguración del Svalbard Global Seed Vault tuvo lugar el 26 de febrero de 2008, momento en el que comenzaron a llegar los primeros paquetes de semillas.
Para su construcción ha sido necesaria la colaboración del Ministerio de Agricultura y Alimentación del Reino de Noruega con el Global Crop Diversity Trust y el Nordic Genetic Resource Centre.
El responsable de la obra fue Cary Fowler y todo el proyecto se llevó a cabo intentando garantizar la máxima seguridad y una perfecta adecuación para todo el contenido que se quisiese incorporar.
Una vez llegamos al lugar, lo único que podemos ver es un portal, pero al traspasarlo encontramos tres túneles, las dependencias para el personal que trabaja en el lugar y un total de tres criptas en las cuales se puede almacenar hasta 4,5 millones de muestras que en todo momento permanecerán a -18 °C.
Las semillas del Svalbard Global Seed Vault
En la actualidad cuenta con 800.000 muestras de alrededor de 500.000 semillas de más de 5000 especies vegetales. Esto significa que a día de hoy podríamos considerar que 2/3 de las especies conocidas ya se encuentran a buen recaudo.
Cabe destacar que estas muestras generalmente son donadas por distintos depositarios, las cuales siguen perteneciendo a su legítimo propietario. Es decir, cualquier asociación que deposite semillas en el Svalbard Global Seed Vault, podrá pedir una muestra en el momento en el que la necesite.
La desaparición de variedades vegetales
En esencia, el objetivo es preservar la biodiversidad de los cultivos, y es que no debemos olvidar que a lo largo de toda nuestra historia se calcula que alrededor del 75% de variedades han acabado desapareciendo, y si no se pone remedio a la situación, finalmente nos podríamos encontrar con un campo de elección excesivamente limitado.
Un buen ejemplo de este desastre es el arroz, y es que en su día contaba con más de 100.000 variedades distintas. La manzana también ha sufrido el abandono en este sentido, ya que en la actualidad tan sólo conocemos poco más de 100 variedades cuando en realidad hubo miles en su día.
Sin duda alguna estamos hablando de un proyecto necesario en un mundo en el que la sostenibilidad alimentaria no está pasando precisamente por uno de sus mejores momentos, y la historia nos está demostrando que la tendencia es a peor.
Es una idea muy buena, no por si hay un apocalipsis solo, sino porque guardar semillas de todas las especies permitirá seguir conservando aquellas que se vayan extinguiendo con el paso del tiempo.
Todos los países deberían guardar semillas de todas las plantas posibles, y así siempre lo podríamos recuperar todo.