Tipos de abonos, fertilizantes y correctores del suelo

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Las plantas son seres vivos, y debido a ello, precisan de nutrientes para poder nacer, crecer, desarrollarse y producir, de manera que vamos a hablar en esta ocasión de los diferentes tipos de abonos, fertilizantes y correctores del suelo, además de que estudiaremos cuáles son los elementos y nutrientes esenciales que deberemos aportar a nuestras plantas.

Tipos de abonos, fertilizantes y correctores del suelo

Qué son los abonos y fertilizantes

Los abonos y fertilizantes son sustancias que pueden ser orgánicas o inorgánicas, a la vez que también podrán ser naturales o sintéticas atendiendo a los elementos utilizados en su fabricación, cuyo objetivo es el de aportar determinados nutrientes que se consideran como indispensables para un desarrollo vegetativo normal.

Fertilizantes y abonos, ¿son lo mismo?

El objetivo tanto  de los abonos como de los fertilizantes es el mismo, es decir, el de aportar los nutrientes que sean necesarios a la tierra, independientemente del tipo de producto que se trate como por ejemplo si son fertilizantes y abonos simples o fertilizantes y abonos complejos NPK, de los cuales vamos a hablar un poco más adelante en este mismo artículo.

Sin embargo, existen algunas pequeñas diferencias entre ellos como el modo de aplicación:

  • Aplicación del abono: se vierte directamente sobre el suelo.
  • Aplicación de los fertilizantes: deberán aplicarse en estado líquido o no podrán ser absorbidos por la tierra y, por tanto, aprovechados por la planta.

También es cierto que abonos y fertilizantes se venden en formatos diferentes:

  • Formatos del abono: se pueden encontrar en estado sólido, líquido o gaseoso.
  • Formatos del fertilizante: generalmente se venden en estado líquido.

Los elementos imprescindibles para las plantas

Para poder desarrollarse adecuadamente, las plantas van a necesitar los siguientes elementos:

  • Agua: la obtienen directamente del suelo.
  • Oxígeno: lo obtienen del aire.
  • Hidrógeno: lo obtienen del aire.
  • Carbono: lo obtienen del aire.
  • Nutrientes vegetales: lo obtienen del suelo a través del agua, y podemos encontrar de dos tipos que son:
    • Micronutrientes: contemplan multitud de elementos químicos como el cobre, manganeso y hierro entre otros.
    • Macronutrientes: son los tres nutrientes esenciales para toda planta:
      • Nitrógeno: (N) se encarga del crecimiento de la planta. Se puede observar carencia de nitrógeno en el caso de que las plantas déjenme crecer y las hojas se tornen amarillentas.
      • Fósforo: (P) se encarga de la maduración de la flor y del fruto, mejorando su perfume y sabor, así como ofreciéndole la fuerza que necesita para que la planta se mantenga rígida, desarrolle correctamente sus raíces y supere los diferentes ciclos. Si hay carencia, se puede observar a través de diferentes síntomas como que deja de florecer, florece poco, las raíces no crecen o las hojas se tornan más oscuras de lo normal.
      • Potasio: (K) se encarga de la multiplicación celular así como de la formación de los tejidos que resisten tanto a  las sequías como a las heladas. Se puede observar la carencia de potasio cuando las  hojas cambian bruscamente de color, generalmente para ponerse de color verde pálido o amarillento y con manchas en tono café.

Cuál es el objetivo de los diferentes tipos de abonos y fertilizantes

Hay que tener en cuenta que de todos los elementos imprescindibles que hemos enumerado en el apartado anterior, los nutrientes vegetales son los que más se prestan a que exista una variación que pueda afectar negativamente al desarrollo y crecimiento tanto de la planta como del fruto o la flor.

En este sentido, debemos entender que tras cada cosecha, el suelo presentará una serie de carencias debido a las plantas que se han cultivado sobre él, las cuales han ido absorbiendo nitrógeno, fósforo y potasio fundamentalmente.

Aunque el suelo se va recuperando, de una cosecha a la otra no le da tiempo a reponer todos los nutrientes gastados, lo que significa que debemos aportarlos nosotros a través de los abonos, fertilizantes e incluso de los correctores del suelo.

¿Hay tipos de abonos y fertilizantes mejores o peores?

No existe el mal abono o mal fertilizante, sino que su elección correcta dependerá de las necesidades nutricionales de las plantas que estamos trabajando, así como otros factores que enumeramos a continuación:

  • Tipo de planta que estamos cultivando, es decir, si es decorativa o produce fruto.
  • Época de floración.
  • Estructura de la planta.
  • Resistencia de la planta.
  • Edad de la planta.
  • Nutrientes que necesita la planta.
  • Dimensiones que puede alcanzar cada ejemplar.
  • Dimensiones del cultivo.
  • Fertilidad del suelo.
  • Nivel de salinidad del suelo.
  • Humedad y agua disponible.
  • Condiciones climatológicas del entorno.

En función de todo ello, deberemos elegir un tipo de abono y/o fertilizante que sea adecuado, así como deberemos estudiar la cantidad a aportar y la regularidad.

Conseguir una buena cosecha va a depender de todos estos aspectos, por lo que es importante conocer los distintos tipos de abonos, fertilizantes y correctores que tenemos a nuestra disposición para conseguir alcanzar un equilibrio adecuado para un perfecto desarrollo de la planta.

Tipos de abonos, fertilizantes y correctores del suelo

Tipos de abonos, fertilizantes y correctores de suelo

Comentábamos antes que los abonos, fertilizantes y correctores de suelo son similares entre sí salvo por su formulación, o incluso por incluir elementos alternativos que permitan un crecimiento y eficaz en la planta.

Sin embargo, podemos clasificar los tipos de abonos, tipos de fertilizantes y los tipos de correctores de suelo en función de sus características, y lo haremos del modo siguiente:

Tipos de abonos y fertilizantes

Los abonos y los fertilizantes los englobamos dentro de un mismo grupo, ya que tal y como comentábamos, básicamente se trata de lo mismo, y también tienen similar procedencia:

Tipos de abonos inorgánicos

Estos abonos se caracterizan por tener uno o varios elementos nutricionales y se pueden dividir en dos tipos en función de su fabricación:

  • Abonos inorgánicos naturales: son los abonos inorgánicos que se producen a partir de minerales naturales que podemos extraer de la tierra.
  • Abonos inorgánicos sintéticos: también se conocen como abonos inorgánicos artificiales, y básicamente son los que fabrica el hombre utilizando minerales y elementos distintos.

En relación con los abonos inorgánicos, es muy importante conocer la clasificación de los minerales que los conforman:

  • Minerales simples: son aquellos cuyo contenido incluye tan sólo uno de los tres macronutrientes imprescindibles y que ya hemos mencionado anteriormente que son el nitrógeno, el fósforo o el potasio. En este caso se pueden dividir en tres grupos:
    • Abonos nitrogenados: son aquellos que contienen nitrógeno, e incluyen:
      • Nitrato de calcio.
      • Nitrato de magnesio.
      • Nitrato amónico.
      • Sulfato amónico.
      • Nitrato de Chile.
      • Urea.
      • Nitrato potásico.
      • Nitrato sódico.
      • Otros.
    • Abonos fosfatados: son aquellos que contienen fósforo, y son:
      • Superfosfato normal o superfosfato simple.
      • Superfosfato concentrado.
      • Superfosfato triple.
      • Fosfato amónico.
      • Otros.
    • Abonos potásicos: son aquellos que contienen potasio, los cuales son:
      • Sulfato potásico.
      • Cloruro potásico.
      • Otros.
  • Minerales complejos: serán aquellos cuyo contenido incluya dos o más de los macronutrientes que son el nitrógeno, el fósforo y el potasio. Si contienen dos serán binarios y si contienen tres macronutrientes, serán ternarios, y en cualquier caso son más completos que los simples. Incluyen los siguientes:
    • Abonos NPK: abono inorgánico natural complejo ternario que contiene nitrógeno, fósforo y potasio, siendo de todos el más completo puesto que incluye todos los macronutrientes necesarios para las plantas.
    • Abonos NP: abono inorgánico natural complejo binario que contiene nitrógeno y fósforo.
    • Abonos NK: abono inorgánico natural complejo binario que contiene nitrógeno y potasio.
    • Abonos PK: abono inorgánico natural complejo binario que contiene fósforo y potasio.
  • Minerales especiales: entran dentro de este grupo aquellos que cumplan con una serie de características en materia de alta solubilidad, contenido de aminoácidos o alta concentración, las cuales serán determinadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Tipos de abonos orgánicos

Los abonos orgánicos son los que proceden de la fermentación de residuos vegetales y animales, de manera que contienen tanto materia orgánica como nutrientes.

Hay que tener en cuenta que estos abonos son más caros que los abonos inorgánicos, y presentan algunas características destacadas como son:

  • Su acciones más lenta puesto que lo que se proporciona es nitrógeno orgánico, el cual deberá pasar a inorgánico tras la actividad de las bacterias que se encuentran en el suelo, ya que esto será determinante para que las raíces lo puedan absorber.
  • La velocidad   de acción va a depender de factores como la temperatura del suelo, la acidez y la humedad. Esto se debe a que las bacterias son organismos que no actúan o reducen su actividad en suelos fríos, ácidos o que estén muy húmedos.
  • Una ventaja de este tipo de abono es  que, al actuar lentamente, presenta su efecto durante más tiempo, actuando como suministro continuo de alimento para las plantas.
  • Al ser de acción lenta, es mucho más difícil que se produzcan problemas como que se quemen las hojas o incluso las raíces por una mala aplicación.

Dependiendo de su origen y formulación, podemos distinguir nueve tipos de abono orgánico:

  • Estiércol: se obtiene a partir de  grandes animales como la oveja, la vaca y el caballo entre otros.
  • Guano: en este caso, se obtiene a partir de excrementos de murciélago, gallinaza   y otros.
  • Compost: se trata de abono que se obtiene a partir de restos vegetales y diferentes materias orgánicas que sufren el conocido como proceso de compostaje. En el caso de compost comercial, en algunos casos se enriquece con diferentes micronutrientes como son el hierro, cobre, manganeso, etcétera, y también con macronutrientes qué son el nitrógeno, el fósforo y el potasio.
  • Turba: es la base que se utiliza para la preparación de sustratos para semilleros, macetas e incluso para utilizar en el suelo. Puede ser de dos tipos:
    • Turba negra: es la que se utiliza habitualmente y tiene un pH básico o alcalino entre 7,5 y ocho.
    • Turba rubia: se utiliza con menor frecuencia, y tiene un pH ácido de 3,5.
  • Extractos húmicos: se utilizan con poca frecuencia, y son muy útiles para desbloquear minerales, fijar nutrientes, activar la flora microbiana y ofrecer un mejor desarrollo de las raíces y una mejora sustancial en la capacidad nutricional de la planta.
  • Residuos animales: incluyen cuernos triturados, huesos y otros restos que irán liberando sus nutrientes de manera más lenta.
  • Residuos urbanos: dentro de este grupo podríamos incluir el compost, así como los restos de paja y de cosechas.
  • Abonos verdes: se cultivan leguminosas que posteriormente se entierran con el objetivo de  aportar nitrógeno al suelo.
  • Sustratos: se utilizan para macetas y semilleros, y aunque no son realmente un tipo de abono, se suelen mezclar con compost, turba y enmiendas así como con fertilizantes minerales.

Tipos de abonos orgánico minerales

Tal y como podréis imaginar, los abonos orgánico minerales son aquellos en los que se produce una mezcla de abonos orgánicos y de abonos minerales, es decir, se trataría de una mezcla de materia orgánica y nutrientes minerales, incluyendo tanto macronutrientes como micronutrientes dependiendo de la formulación.

Tipos de correctores de suelo

Por otra parte están los correctores de suelo, los cuales no se utilizan para aportar los nutrientes que habitualmente van a necesitar las plantas, sino para actuar en casos concretos en los que se necesita realizar algún tipo de enmienda o se busca una mayor activación de los nutrientes o de los elementos y biota ya existente en el suelo.

En este caso tenemos cuatro grandes grupos que son:

Enmienda mineral

Son productos minerales que pueden ser de origen natural o sintético y que tienen la capacidad de mejorar las características biológicas, físicas, químicas y mecánicas del suelo.

Aunque pueda dar lugar a confusión, en realidad estas enmiendas no son consideradas como abono, sino que su objetivo es el de mejorar los suelos salinos o corregir el pH, pudiendo encontrarse tres alternativas:

  • Bajar el pH del suelo: para ello se utiliza enmienda de azufre.
  • Subir el pH del suelo: se utiliza enmienda de calcio.
  • Corregir suelos salinos: se utiliza enmienda de yeso o enmienda de azufre, teniendo ambos un elevado contenido en calcio.

Enmienda orgánica

Son productos orgánicos capaces de mejorar las características físicas, químicas, mecánicas y biológicas del suelo.

Podemos encontrar siete tipos:

  • Enmienda húmica sólida: producto sólido que aporta humus. Se utiliza para mejorar las características físicas, químicas y biológicas del suelo.
  • Enmienda no húmica sólida: producto sólido que ayuda a producir humus. Mejora las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo.
  • Ácidos Húmicos líquidos: producto líquido que se obtiene a partir de la turba, lignito y de leonardita.
  • Materia orgánica líquida: producto líquido que se obtiene a partir del procesado de materia animal o vegetal.
  • Compost: producto sólido que se obtiene a partir de la fermentación aeróbica de residuos orgánicos tanto de origen vegetal como animal.
  • Turba ácida: producto líquido compuesto por residuos vegetales en un medio saturado en agua.
  • Turba no ácida: producto líquido compuesto por residuos vegetales en un medio saturado en agua pero con un pH mas básico o alcalino.

Abonos especiales

Se trata de abonos que han sido especialmente formulados con el objetivo de satisfacer las necesidades nutricionales de plantas específicas.

Bioactivadores

Se trata de productos que están diseñados para estimular y vigorizar los cultivos cuando se producen daños por heladas, sequías, plagas, transporte, trasplante, enfermedades, mala utilización de herbicidas y plaguicidas, etcétera.

Se pueden aplicar a través de las hojas (vía foliar) o a través de las raíces (vía radicular).

Existen dos tipos de bioactivadores:

  • Extractos de algas: se trata de bioactivadores de origen natural.
  • Aminoácidos: son productos en solución acuosa que se producen a partir de síntesis, fermentación o hidrólisis de proteínas. Aporta directamente el nitrógeno utilizable, lo que significa que la planta no tendrá que gastar energía en asimilar los nitratos. Ahí algunas fórmulas que también incorporan triptófano que es precursor del ácido indolacetico, de manera que consigue mejorar el desarrollo de  las raíces.

Correctores de carencias

Se trata de compuestos que contienen uno o varios micronutrientes, y su objetivo es el de prevenir o incluso corregir deficiencias que se hayan podido producir durante el desarrollo del cultivo.

Hay cinco tipos principales de correctores de carencias que son:

  • Correctores de cobre: es el acetato de cobre.
  • Correctores de hierro: puede ser el citrato de hierro o el sulfato de hierro amoniacal.
  • Correctores de calcio: están el calcio quelatado o calcio complejado y el cloruro cálcico.
  • Correctores de magnesio: es el magnesio quelatado o magnesio complejado.
  • Correctores A + Z: en este caso se incluyen todos los micronutrientes que puedan hacer falta, garantizando que se cubrirá la carencia. Su fórmula contiene calcio, hierro, magnesio, manganeso, zinc, cobre, molibdeno, boro y otros.

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